Érase una vez
Con voz melodiosa me conté mi cuento, todos los niños necesitan un cuento para dormir y como siempre antes del final empecé mi sueño.
«Érase una vez...
Una noche oscura y tormentosa, y todas las criaturas iban escondiéndose al llegar el “Hombre Negro”. Ululaba como un lobo intentando entrar para buscar chiquitos bajo las literas. Tenía cráneos colgados de la cintura, y llamaba asomándose a las ventanas y diciendo:
—¿Dónde están mis pequeños cráneos? ¿Dónde están mis adornos?».
No hay nada que pueda atemorizar un cachorro más que el Hombre Negro, con sus ojos oscuros y sus garras largas matando a niños para despertarlos. .
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