La vertical
Si la barba de Noé de verdad es tan larga que se podría remontar al revés el tiempo, me gustaría treparla hasta el día de hoy.
Un paso a la vez, pausado, con tal que pueda mirarme yo también.
Lamentablemente no soy un tipo atlético, ni estoy entrenado como para hacer la vertical, pero aunque no sea un experto sé cómo se hace un nudo por seno, y a cada nudo si lo deseo puedo echar un vistazo alrededor de manera que en cualquier caso no voy a malgastar mi tiempo.
A paso de tortuga, incansable subo Noé para finalizar mi asunto, y si no me agoto gateando volveré desde el abismo del mar hasta al día de hoy, para decirle que sea más cauteloso con su larga barba cuando se dispone con la cabeza fuera del barco para comprobar si hay tierra a la vista.
Así que se acabe de ahogar miles de personas cada vez que se pone a escudriñar en la lejanía. .
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